
En el 2014 sólo vi 3 películas mexicanas. ¿Meta para el 2015? Ver UNA PELÍCULA MEXICANA A LA SEMANA por un año.
11va reseña: GÜEROS.
¿De qué se trata?
Un jovencito problema recién llegado a la Ciudad de México, junto con su hermano mayor y su mejor amigo, intentarán encontrar al músico que les cambió la vida, en medio del caos de una huelga universitaria que inmoviliza a la gran urbe.
¿Qué me pareció?
Iba a utilizar la frase, “de vez en cuando hay películas que me regresan la fe en el cine”, pero mejor me la guardo. Si ya no tuviera fe en el cine, creo que ni siquiera estaría viendo más películas.
Pero, decir “de vez en cuando, llega una película más divertida, original y entrañable de lo que te esperabas” creo que es bastante válido.
GÜEROS es una excepción a la regla. Es una cinta mexicana disfrazada de cinta mexicana. Es una meta-película.
¡Ojo! Como parte de su original propuesta artística, GÜEROS usa los clichés y tropes de muchísimas películas nacionales: en blanco y negro (1er filtro), drama-callejero (2do filtro), personajes humildes y conflictivos -huelguistas- (3er filtro). Tengan cuidado, eso es sólo para el despiste.
La película tiene una sensibilidad llena de elementos narrativos “meta”, es decir, que se refiere a si misma, pero puestos de una manera tan endemoniadamente irreverente que no tienes de otra mas aceptarlos de buena gana.
Tomás (Sebastián Aguirre, de OBEDIENCIA PERFECTA) es el jovencito problema que llega al depto de su hermano “Sombra” (Tenoch Huerta, SIN NOMBRE, CHICOGRANDE) y su amigo “El Santos” (Leonardo Ortizgris, NO QUIERO DORMIR SOLA), donde tras varios días de robar la luz del vecino y subsistir a base de cereal, salen a las calles en pos de encontrar a un tal Epigmenio Cruz, un legendario rockero mexicano, cuya música cambió sus vidas, pero ahora está en sus últimos días gracias a una cirrosis aguda.
Los primeros 20 minutos, aunque interesantes, se me hicieron más de lo mismo de la filmografía nacional: tomas lentas, largas, introspectivas, aburrid–¡Y entonces se salen del departamento y esta película se vuelve otra cosa!
La historia se quita el disfraz y se vuelve una road-movie urbana. Una carrera contra el tiempo en busca del mentado músico cuyas “rolas” son un lazo con un padre ya fallecido, atravesando media Ciudad de México sumida en un caos por los fósiles y pseudo-estudiantes que tomaron la UNAM al grito de “¡voy-voy, huelga!”.

Un 10 al de locaciones por conseguirse a la UNAM.
Pero entonces sucede algo muy curioso: la película comienza a hablar no sólo de rockeros, la asfixia de la adolescencia, huelguistas sin ideología o pulques sabor a orchata… La película comienza a hablar sobre sí misma, sobre las condiciones bajo las que fue hecha, sobre la industria nacional.
No, no. No es un narrador hablando a cámara aventándose aburridos monólogos: la película deja que sus propios personajes, en medio del peligro, aventuras a media noche, nadando en albercas de fiesta en pleno Centro Histórico, dando “ride” a viejos amigos, o perdiéndose en pleno Tepito, reflexionen sobre lo que son. Sobre lo que ven. Sobre como el cine mexicano pudiera estar en peligro de volverse pura introspección sin acción, recetándonos puros dramas existenciales que CREEN tener contenido, pero que sólo son propuestas vacías, por más “artísticas” que se promuevan.
Tengo una teoría (mejor dicho, me la estoy fusilando de alguien más, pero ustedes hagan de cuenta que es mía): ¿vieron como más arriba dije que los primeros 15-20 minutos parecía una película mexicana más? Creo que esto es a propósito. Es un comentario del mismo director Alonso Ruizpalacios, quien pone a prueba al espectador, no, a la narrativa de la película, no, al cine nacional, como diciendo: “esto es lo que se hace… y llegando al minuto 20, ESTO ES LO QUE SE PUEDE HACER.”
Ultimadamente, GÜEROS es una carta de amor a la Ciudad de México: sin pasarnos por los sitios turísticos, claro está, pero empleando uno que otro lugar emblemático (calles aledañas al Zócalo, Tepito, la UNAM, barriadas, Santa Fe, etc.) para que los personajes lo usen de telón de fondo.
La cinta tiene un aparantemente dócil, pero estudiado comentario en contra de movimientos huelguistas desorganizados. Ojo: la historia no está en contra del derecho a huelga, sino a aquellos movimientos que estropean años de estudios y esfuerzos.
En pocas palabras, la película me gustó tanto que hasta se me olvidó el mal ADR (grabación de diálogos en postproducción) que tiene. El diseño de sonido no es malo, pero las entonaciones y lo aislado de algunos parlamentos son como verle la costura a un bello vestido.
GÜEROS, cine mexicano. Si tú ya la viste también, ¿qué piensas de ella?
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P.S.: Sí, esta reseña es de la semana pasada. La escribo hasta hoy, pero la película la vi el sábado anterior, y eso todavía cuenta como la semana pasada. Tengo pruebas:
GÜEROS
Director: Alonso Ruizpalacios
Escritor: Alonso Ruizpalazios, Gibrán Portela
Elenco: Sebastián Aguirre, Tenoch Huerta, Leonardo Ortizgris, Ilse Salas
País: México
Año: 2014